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martes, 8 de abril de 2014

.- EL INFIERNO DE TOM.- 20 (PARTE 1 y 2)

CAP 20 (PARTE 1)

______ invitó a Paul a un café, que pagó disimuladamente con su tarjeta regalo con el dibujo de una bombilla. Cuando finalmente cruzaron el umbral del Segovia, los recibió un español de aspecto agradable, que se presentó como el dueño del restaurante y que estuvo encantado de que Paul le respondiera en su idioma.
Las paredes del Segovia estaban pintadas de color amarillo, como el sol, y decoradas con dibujos de Picasso en los que se veía a Don Quijote y a Sancho Panza. En un rincón, un guitarrista tocaba temas del maestro Segovia. Una serie de mesas alargadas estaban colocadas formando un cuadrado en el centro de la sala para la cena de la facultad. Esa disposición aseguraba que todos los comensales quedaran de cara al resto. A _______ no le apetecía en absoluto quedar frente a la profesora Dolor. Si se le hubiera ocurrido alguna manera de marcharse sin insultar al profesor Martin, lo habría hecho.
Paul eligió dos sitios apartados del centro. Era muy consciente del sistema de clases y sabía que los puestos de honor no eran para ellos. Mientras comentaba el menú con el camarero en español, ______ seguía dándole vueltas a los celos injustificados de Tom. Discretamente, sacó el teléfono del maletín para enviarle un mensaje de texto. Entonces se dio cuenta de que tenía un mensaje de él.


“No vengas a la cena. Búscate una excusa. Espérame en casa, el conserje te abrirá la puerta. Luego te lo explico. Por favor, haz lo que te pido. T.


________ se quedó mirando la pantalla sin comprender nada, hasta que Paul le dio un codazo.
—¿Te apetece beber algo?
—Hum, si tienen, me encantaría un poco de sangría.
—Nuestra sangría es excelente —dijo el camarero antes de retirarse para encargar las bebidas.
______ dirigió a Paul una mirada de disculpa.
—Tengo un mensaje de Jorg. Siento ser tan maleducada.
—No te preocupes. —Él se entretuvo leyendo el menú mientras ella escribía una respuesta:

“Tenía el teléfono apagado. Es demasiado tarde. Ya estoy aquí. No tienes motivos para estar celoso. Cuando acabe la cena me iré a casa contigo. Me tendrás en tu cama hasta mañana, _____.”

Volvió a guardar el teléfono, rezando para que Tom no se enfadara demasiado.
«Oh, dioses de los —rellenar con el término que mejor defina nuestra relación— celosos y demasiado protectores, no permitáis que monte una escena. No delante de sus colegas.»
Por desgracia para _____ y para quien le estaba enviando un mensaje en ese momento, el maletín ahogó el sonido.
En los siguientes veinte minutos, los invitados acabaron de llegar. La profesora Leaming y algún otro académico se sentaron al lado de Paul. En el extremo opuesto, Tom se había sentado entre el profesor Martin y la profesora Singer.
Al verlos, ______ empezó a beber su sangría con demasiado entusiasmo. Esperaba que el alcohol la ayudara a tolerar mejor la tensión que crepitaba en la sala. La bebida, con mucha fruta, estaba buenísima.
—¿Tienes frío? —preguntó Paul, señalando la pashmina que seguía llevando enroscada al cuello, con un estilo muy chic.
—La verdad es que no —reconoció ella, quitándosela y dejándola encima del maletín.
Paul apartó la vista con educación cuando la pálida y delicada piel de ________ quedó al descubierto. Su compañera era hermosa y su cuerpo, aunque menudo, poseía unos pechos generosos que le hacían un escote bonito y proporcionado.
En cuanto se hubo quitado la pashmina, un par de celosos ojos cafeces la observaron con avidez antes de apartarse rápidamente.
—Paul, ¿qué pasó con la profesora Singer? —preguntó _______ en voz baja, ocultando la boca tras la copa.
Él miró disimuladamente a Singer, que estaba demasiado pegada a Kaulitz. Vio que éste apartaba la silla imperceptiblemente como respuesta, pero ella volvió a acercarse sin darse por enterada. _______ no lo vio.
—Kaulitz y ella estuvieron liados. Bueno, parece que todavía lo están. —Se echó a reír disimuladamente—. Parece que ya hemos resuelto el misterio del buen humor de El Profesor.
_______ abrió mucho los ojos y sintió un vahído.
—¿Fue... su novia?
Paul acercó la silla a ella para que la profesora Leaming no los oyera. El hecho de que un bailarín de flamenco hubiera hecho su aparición y estuviera taconeando al ritmo de los acordes de la guitarra clásica le facilitaba la tarea.
—Un segundo. —Le pasó unas tapas—. Prueba éstas. Son de chorizo y queso manchego. Y estas otras son de cabrales, un queso azul español.
_______ se sirvió y mordisqueó las tapas, mientras aguardaba ansiosamente la respuesta de su amigo.
—A Singer no le interesan los novios. Sólo le interesan el dolor y el control. Ya sabes... —Dejó la frase en el aire, con gesto vago.
_______ parpadeó desconcertada.
—¿Has visto Pulp Fiction?
Ella negó con la cabeza.
—No me gusta Tarantino. Sus películas son demasiado... sombrías.
—En ese caso, para que me entiendas, sólo te diré que le gusta el rollo medieval... en su vida privada. Y más concretamente en el culo de los demás. Y no se esconde. Investiga sobre el tema y cuelga los resultados en Internet.
_______ engulló un trozo de chorizo.
—¿Me estás diciendo que él...?
—Está tan enfermo como ella. Pero es un gran académico, como has podido comprobar esta tarde. Procuro no pensar en lo que hace en su vida privada. Yo creo que los amantes deben tratarse con amabilidad. Aunque no creo que el amor desempeñe ningún papel en su relación. —Miró a su alrededor prudentemente antes de susurrarle al oído—: Creo que si alguien te importa lo suficiente como para mantener una relación sexual con él o ella, también debería importarte lo suficiente como para respetar a esa persona y no tratarla como a un objeto. Tienes que ser responsable, cuidadoso y no hacerle daño. Ni siquiera si la otra persona está tan mal que te suplica que se lo hagas.
________ se estremeció y bebió un largo trago de su segundo vaso de sangría.
Paul se echó hacia atrás en la silla.
—No concibo que nadie pueda sentirse atraído por el dolor bajo ninguna circunstancia, pero mucho menos durante el sexo. Para mí, éste debe ir ligado al placer y al afecto. ¿Te imaginas a Dante atando a Beatriz y golpeándola con un látigo?
Ella dudó un instante, pero en seguida negó con la cabeza.
—Cuando estudiaba en Saint Michael, hice un curso llamado
«Filosofía del sexo, el amor y la amistad». Hablamos sobre el consentimiento. Todo el mundo suele estar de acuerdo en que si una actividad se lleva a cabo entre dos adultos que dan su consentimiento, no hay problema. Pero el profesor nos preguntó si creíamos que un ser humano podía dar su consentimiento a una injusticia, como por ejemplo venderse como esclavo.
—Nadie desea ser un esclavo.
—En el mundo de La Profesora Dolor, sí. Algunas personas se entregan a una esclavitud sexual voluntariamente. En ese caso, ¿es aceptable la esclavitud si es consentida? ¿Puede una persona cuerda aceptar ser esclava de otra persona? ¿O el hecho de que deseen ser esclavos demuestra que no están bien de la cabeza?
________ empezó a sentirse francamente incómoda manteniendo esa conversación tan cerca de Tom y de La Profesora Dolor, por lo que vació el vaso de un trago y cambió de tema.
—¿Sobre qué trata tu tesis, Paul? No me lo has contado con detalle.
Él se echó a reír.
—Sobre el placer y la visión beatífica. Es una comparación entre los pecados capitales asociados al placer, la lujuria, la gula y la avaricia, y el placer de la visión beatífica en el paraíso. Kaulitz es un gran tutor y, como te he dicho, no me meto en su vida privada. Aunque probablemente sería un modelo de estudio perfecto para el segundo Círculo del Infierno.
—No entiendo que haya gente que no desee la amabilidad —dijo _______, reflexionando en voz alta—. La vida ya es bastante dolorosa.
—Es el mundo en que vivimos —contestó él, con una sonrisa sincera—. Espero que tu novio sea amable contigo. Da gracias de no haber topado con alguien que esté metido en esta mierda.
El camarero llegó en ese momento, por lo que Paul no vio cómo ________ palidecía. Miró furtivamente a Tom y vio que la profesora Singer volvía a susurrarle algo al oído.
Él miraba la mesa fijamente, con los dientes muy apretados. Cogió la copa y bebió sin apartar la vista de la mesa.
«Mírame, Tom. Pon los ojos en blanco, frótate la cara, frunce el cejo... Haz algo, cualquier cosa. Demuéstrame que esto es un malentendido, que Paul se equivoca.»
—¿______? —La voz de Paul irrumpió en sus pensamientos—. ¿Quieres compartir la paella valenciana conmigo? Sólo la preparan para dos personas. Está muy buena. —Por fin se dio cuenta de su palidez y de que le temblaban las manos—. ¿Te encuentras bien?
Ella se frotó la frente.
—Sí, paella está bien.
—Tal vez deberías aflojar un poco con la sangría. Apenas has comido. Estás muy pálida.
Paul estaba preocupado por si la había disgustado con sus procaces revelaciones. No debería habérselo contado. Cambió de tema y le empezó a explicar anécdotas de su último viaje a España y a hablarle de su fascinación por la arquitectura de Gaudí.
________ asentía y le hacía preguntas de vez en cuando, pero su mente estaba muy lejos de allí, preguntándose con quién exactamente había compartido cama hacía una semana, con el ángel caído que aún poseía bondad en su interior o con alguien distinto, mucho más oscuro.
Se fijó en que la mano izquierda de Singer había desaparecido de la vista. Aunque no se atrevió a buscar los ojos de Tom, la profesora se dio cuenta del interés de ella. Las miradas de ambas se cruzaron justo cuando Tom le apartaba la mano del regazo.
Avergonzada, ______ se volvió hacia Paul. La mirada de Singer se transformó. De ser una mirada descarada pasó a ser otra de fascinación.
Ansiosa por huir de aquel sórdido espectáculo, ________se excusó alegando que no se encontraba bien y se levantó de la mesa. Subió al primer piso en busca de los servicios. Se miró al espejo, tratando de asimilar todo lo que había oído. Su mente era un torbellino de imágenes y palabras que le desgarraban el corazón.
¿Por qué querría nadie que lo golpearan? Tom y Ann... Dolor... Control... La mano de ella en el regazo de él... Ann pegando a Tom... Tom pegando a Ann...
_______ se inclinó sobre el lavabo, luchando contra las náuseas. No supo cuánto tiempo pasó así, con los ojos cerrados, hasta que alguien entró.
—Hola, hola. —La profesora Singer la estaba contemplando con una sonrisa de oreja a oreja, que dejaba al descubierto sus dientes brillantes.
________ observó que la luz que se reflejaba en las gafas de la mujer hacía que sus ojos verdes tuvieran un brillo rojizo.
—Soy la profesora Singer. Encantada de conocerte. —Le ofreció la mano y ella se la estrechó a regañadientes, murmurando un saludo.
La mano de la mujer estaba fría, pero llena de vida. Sujetó la de _______ con fuerza, demasiado rato. Al soltarla, le acarició la línea de la vida con un dedo, como si la estuviera poniendo a prueba. Ella se estremeció. La profesora ladeó la cabeza y entornó los ojos.
—Creía que me estabas esperando. ¿Te pongo nerviosa? 
_______ frunció el cejo.
—No, he venido a lavarme las manos. Creo que he pillado la gripe.
—Es una lástima. —Ann Singer volvió a sonreír, dando un paso hacia ella—. Aunque no pareces enferma. Tienes una piel preciosa.
—Gracias. —_______ miró hacia la puerta, buscando el modo de escapar.
—De nada, de nada. ¿Llevas los labios pintados o es tu color natural? —preguntó entonces, inclinándose y observando desde demasiado cerca los labios gruesos y entreabiertos de _______.
Ésta dio un paso atrás.
—Es mi color natural.
La profesora dio otro paso adelante.
—Extraordinario. Ya sabes, por supuesto, que el color natural de los labios se encuentra en otras partes más íntimas del cuerpo de la mujer. Ese color en tus labios es delicioso. Estoy segura de que será arrebatador en otros lugares.
Ella se quedó boquiabierta.
—Mírate en el espejo. ¿Cómo no me he fijado en ti antes? Por suerte, tú te has fijado en mí. —Dando otro paso hacia ella, añadió en voz más baja—: ¿Te gusta mirar? ¿Te ha gustado ver lo que estaba haciendo por debajo de la mesa? —susurró.
_____ se ruborizó.
—No sé de qué me está hablando.
—¿Sabes?, cuando se incrementa el flujo sanguíneo, la piel cambia de color. Como ahora. —Sonrió, mostrando los dientes—. Estás avergonzada o excitada, por eso tus mejillas se han ruborizado, igual que tus labios. Y seguro que te has ruborizado también en otras partes, ¿verdad? —Bajó la voz todavía más—. Más abajo, donde seguro que tu cuerpo está deseando que lo acaricien y jueguen con él. —Se pasó la lengua por los labios antes de continuar—: Mi pequeña perla rosada. Creo que quieres que juegue contigo. Serías una mascota preciosa.
________ la miró con dureza.
—No estoy interesada en ser la mascota de nadie.
La profesora Singer se tensó. No había esperado esa demostración de carácter.
—Soy un ser humano, no un animal. Déjeme en paz.
________ no sabía de dónde había sacado el valor para plantarle cara, pero el caso era que lo había hecho. La mujer se echó a reír.
—Los seres humanos somos animales, querida. Compartimos fisiología, reaccionamos del mismo modo a los estímulos, tenemos las mismas necesidades: comida, bebida y sexo. Pero algunos de nosotros somos un poco más inteligentes.
_______ la miró con suficiencia.
—Yo soy lo bastante inteligente como para saber lo que es un animal. Y no estoy ni remotamente interesada en que me follen como si lo fuera. Si me disculpa...
Esquivándola, salió del baño.
—Si cambias de idea, ven a buscarme —ronroneó Ann.
—Ni lo sueñe —replicó ella, enfadada. Y se marchó corriendo, respirando muy de prisa.

CAP 20 (PARTE 2)

Unos pasos la persiguieron. Cuando alguien la metió en un cuarto oscuro y corrió el pestillo, ________ gritó. Al intentar salir de allí, chocó contra un pecho sólido. El desconocido la sujetó por las muñecas.
—________.
Estaba demasiado oscuro para verle la cara, pero _______ reconoció su voz, así como la extraña sensación que la recorría cada vez que él la tocaba. Dejó de resistirse.
—Por favor, enciende la luz. Tengo claustrofobia —dijo, con una voz que a Tom le recordó a la de una niña asustada.
La soltó y sostuvo su iPhone en alto como si fuera una linterna.
—¿Mejor así? —preguntó, reprimiendo el impulso de preguntarle qué tenía que ver la luz con la claustrofobia.
Rodeándole los hombros temblorosos con un brazo, le dio un beso en la frente.
—¿_______?
Ella miró a su alrededor y vio que estaban en el cuartito de las escobas.
—¿________? —repitió él, tratando de retener su atención—. He visto que Ann te seguía. ¿Estás bien?
—No.
—¿Qué te ha hecho?
—Me ha dicho que sería una buena mascota —murmuró, con la cabeza baja.
Tom frunció el cejo.
—¿Te ha tocado?
Ella cerró los ojos y se secó unas gotas de sudor de la frente.
—Sólo la mano.
Él bajó la intensidad de la luz del iPhone por miedo a que Ann viera la luz por debajo de la puerta.
—Tenía miedo de que pasara esto. ¿Por qué no me has hecho caso?
—Ya te lo he dicho. Cuando he visto el mensaje ya era demasiado tarde. Francamente, no esperaba que nadie me tirara los tejos en una cena académica y mucho menos que lo hiciera ningún profesor que no fueras tú.
 Tom gruñó.
—Llevaba toda la cena observándote. Sin duda la has excitado con tu timidez y tu belleza. Para ella, estar en una habitación contigo es una provocación tan grande como enseñarle un cordero a un lobo. —Negó con la cabeza—. He tratado de impedirlo.
________ lo miró a los ojos.
—¿No era porque estuvieras celoso?
—Claro que estoy celoso. Los celos son una emoción nueva para mí, _______. No estoy acostumbrado a lidiar con ellos. Pero le habría pedido a Paul que te llevara a cenar a otro sitio, a cualquier sitio, con tal de mantenerte alejada de esa mujer.
—¿Tuviste una historia con ella?
La mirada de él perdió brillo y apretó los labios.
—No es el lugar adecuado para hablar de eso.
_______ negó con la cabeza y volvió a marearse. Había confiado en que Paul estuviera equivocado, pero la reacción de Tom acababa de confirmar sus temores.
—¿Cómo pudiste?
—Estás temblando. ¿Vas a vomitar?
—¿Por qué no respondes a mis preguntas?
—________—dijo él, con los dientes apretados—, en estos momentos lo único que me preocupa es tu salud y tu bienestar. No responderé a ninguna pregunta hasta que esté seguro de que te encuentras bien. Aunque, si vomitas, te prometo que te apartaré el pelo de la cara —añadió, con una débil sonrisa.
—No voy a vomitar —murmuró ella—. Por desgracia, no es la primera mujer que trata de ligar conmigo. Lo que más me preocupa es que me ocultes cosas.
Tom juntó mucho las cejas al oírla, pero en seguida recobró el aplomo.
—_______, confía en mí. Cuanto menos sepas sobre ella, mejor. Tu alma estará más limpia cuanto más apartada estés de esa mujer.
—¿Y qué pasa con tu alma? ¿No pasa nada si te toca por debajo de la mesa? Os he visto, Tom. Por eso se ha fijado en mí.
Él la fulminó con la mirada.
—Me estaba provocando. Quería que montara una escena en público. Me he resistido esperando que se mantuviera entretenida conmigo y no se fijara en ti, pero he fracasado.
—¿Por qué he tenido que enterarme por Paul de que estuviste liado con ella?
—¿Paul te lo ha contado? 
_______ asintió.
Tom maldijo y se frotó los ojos con fuerza, como si tratara de librarse de una imagen repulsiva.
—No pensaba que viniera a la conferencia. No compartimos valores ni temas de interés. Hacía meses que no la veía. Forma parte de mi pasado, de un pasado que no pienso repetir. Ni aunque viviera eternamente.
—Paul me contó que le gusta el dolor. ¿Fuisteis... violentos juntos?
Él apretó tanto los puños que los tendones se le tensaron y empezaron a temblar.
—Sí. Me gustaría poder decirte que me embaucó con sus malas artes de seductora, pero no fue eso lo que pasó. Sin embargo, no pienso entrar en detalles. No quiero que tu mente descienda a su oscuro reino. Lo que sí te contaré es que durante uno de nuestros... encuentros, hizo algo que me hizo perder el control. Y que le di a probar su propia medicina. Por eso me echó de su casa y no volví nunca más.
—¿Te pegó?
—Varias veces —admitió él muy serio—. De eso se trataba.
—Tom—sollozó ella, rompiéndole el corazón—. ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste dejar que te tocara y mucho menos que te hiciera daño?
Él la abrazó con fuerza.
—_______ , por favor, no hablemos de eso. Por favor, olvida lo que te ha dicho Paul. Olvídate de esa mujer.
—No puedo. Y tampoco puedo olvidar lo que has dicho en tu conferencia esta tarde. Tu descripción del amor ha sido preciosa, pero no es eso lo que tú deseas. Tal vez no creas posible que dos amantes puedan quererse así.
Tom la miró fijamente.
—Por supuesto que es lo que quiero. Y por supuesto que creo que es posible. Es sólo que todavía no lo he experimentado. —Carraspeó—. No eres la única virgen en esta relación.
________ lo miró sorprendida.
—Entonces, ¿por qué querías que alguien te hiciera daño? ¿No habías sufrido bastante en la vida?
Él la miró apenado.
—Tom, tu vida está llena de habitaciones secretas, cerradas con llave. Nunca sé lo que hay acechando detrás de esas puertas. No me cuentas nada. ¡Tengo que enterarme de que has tenido una relación con una mujer a través de tu ayudante!
—No tuvimos una relación. Y cuando te pregunté a ti por Simon, tampoco quisiste contarme nada, así que estamos en paz.
_______ hizo una mueca.
—Pero te hablé de mi madre.
Él suspiró.
—Sí, lo hiciste. Enterarme de lo que te pasó en San Luis me dolió más de lo que puedas imaginar. Mucho más que Ann y sus jueguecitos de salón. —Negó con la cabeza—. Tienes razón. Debí hablarte de ella.
Cambió el peso de pie varias veces y se metió las manos en los bolsillos.
—Pensé que si te lo contaba te sentirías tan asqueada que huirías de mí. Que te darías cuenta de que soy un demonio.
—No eres un demonio —susurró _______—. Eres un ángel caído que aún tiene bondad en su interior. Un ángel caído que aspira a hacerle el amor a una mujer y tratarla con ternura. —Cerró los ojos—. Haberme enterado de la existencia de la profesora Singer por tu boca habría sido muy preferible a esto. He tenido que aguantar que ella me lo restregara por la cara y tú ni siquiera me mirabas.
—La vergüenza es una pesada carga, ________, y es algo que tú desconoces.
—No eres el único pecador que hay en este cuarto, Tom—replicó ella, abriendo los ojos y respirando hondo— y por eso no puedo echarte en cara tus pecados del pasado. ¿Aún la deseas?
—¡Por supuesto que no! —exclamó él, indignado—. No tuvimos una relación, ________, sólo un par de encuentros. Fue hace más de un año y no habíamos vuelto a vernos desde entonces. —Suspiró—. Si insistes, te contaré los detalles, pero no aquí ni ahora. ¿Puedes esperar a que acabe la cena al menos, por favor?
Ella se mordió el labio inferior, pensativa. Tom le cubrió la boca con la suya y, besándola, le liberó el labio.
—Por favor, no te lastimes. Me duele.
—Yo podría decir lo mismo.
A él se le hundieron los hombros y gruñó un poco.
—Te doy de tiempo hasta después de la cena, pero sólo si me prometes que no dejarás que ella vuelva a ponerte la mano encima.
—Encantado.
______ soltó el aire con fuerza.
—Gracias.
—¿Te quedarás?
—No, no puedo estar sentada frente a esa mujer, comiendo paella tranquilamente. Me revuelve el estómago.
—Te llevaré a casa.
—Eres el invitado de honor. No puedes irte. 
Tom se pasó las manos por el pelo.
—Al menos deja que te pida un taxi. Trataré de escaparme lo antes posible. El conserje te abrirá la puerta.
Metiendo la mano en el bolsillo, sacó un fajo de billetes sujeto por un lujoso clip metálico.
Ella negó con la cabeza.
—Ya tengo dinero.
—Coge al menos mi tarjeta de crédito y pide comida a domicilio. No has cenado.
—Ahora no podría comer aunque quisiera. 
Tom suspiró y se frotó los ojos. _______ se dispuso a marcharse, pero él la detuvo, sujetándola por el codo.
—Espera —le rogó—. Cuando te he visto entrar en la sala de conferencias, el corazón me ha dado un brinco. Literalmente. _______, nunca  te había visto tan hermosa. Parecías... feliz. —Tragó saliva ruidosamente—. Siento mucho haber matado a esa ________ feliz. Siento no haberte dicho la verdad. Crees... ¿crees que podrás perdonarme?
—No tengo nada que perdonarte, Tom. No pecaste contra mí. —A ella los ojos se le habían llenado de lágrimas—. Estoy tratando de determinar hasta dónde llega tu afición al dolor y cómo puede afectar a nuestra relación. Siento que eres un desconocido y me duele.
Con esas palabras, salió del cuarto.

Los hados se apiadaron de _______. Cuando regresó a la mesa a recoger sus cosas y excusarse, Ann aún no había regresado del baño de señoras. Otra profesora también estaba ausente de la mesa.
Una mirada a la pálida cara de ________ y a sus ojos enrojecidos le indicó a Paul que no valía la pena tratar de convencerla para que se quedara. Cuando ella le ofreció una excusa no muy convincente sobre un comienzo de migraña, no le preguntó nada hasta que hubieron salido del restaurante.
—Singer te ha seguido al baño, ¿verdad? 
________ se mordió el labio inferior y asintió. Él negó con la cabeza.
—Es una depredadora. Una depredadora peligrosa. Debí advertirte. ¿Estás bien?
—De verdad, estoy bien, pero quiero irme a casa. Lo siento por la paella.
—Que le den a la paella. Me preocupas tú. —Haciendo una mueca, añadió—: Si quieres presentar una denuncia contra ella, te acompañaré a la oficina del comité judicial el lunes.
—¿Qué es eso?
—Es la oficina que gestiona las acusaciones de conducta inapropiada contra miembros de la facultad. Si quieres contar lo que ha pasado, te ayudaré en lo que pueda.
_______ negó con la cabeza.
—No ha habido testigos. Sería su palabra contra la mía. Voy a tratar de olvidarme, a menos que vuelva a intentarlo.
—Tú eres la que tiene que decidirlo, pero debes saber que yo presenté una denuncia contra ella el año pasado. Y a pesar de que fue su palabra contra la mía, la denuncia sigue en su expediente. Gracias a eso, no ha vuelto a molestarme. Estoy muy satisfecho de haberlo hecho.
________ lo miró muy seria.
—No me apetece nada, pero lo pensaré. Siento mucho que tuvieras que pasar por eso.
—No te preocupes por mí. Que tengas un buen fin de semana y procura no pensar en ello. Si necesitas hablar con alguien, llámame. Si no, hasta la semana que viene.
Con una mirada de ánimo, Paul se despidió de ella con la mano mientras el taxi se alejaba.
Con las palabras de Virgilio resonando en sus oídos, _______ miró el móvil y encontró un mensaje que Tom le había enviado poco antes de que los profesores entraran en el Segovia.

Mantente alejada de prof. Singer. Quédate cerca de Paul. Ella lo odia. Ten cuidado. T.


«Poca información y tarde», pensó ______, con tristeza.
Al entrar en el piso de él, lo primero que hizo fue encender la chimenea, en un intento por dispersar las sombras que reptaban sigilosas alrededor de su corazón. Pero no sirvió de mucho. En realidad, lo único que quería era irse a casa y esconderse bajo las sábanas. Pero era consciente de que huir de la realidad no solucionaba los problemas.
Aunque no le gustaba fisgar en los asuntos de los demás, se encontró arrodillada en el suelo del vestidor de Tom. Quería mirar las fotos en blanco y negro para ver si la profesora Singer aparecía en alguna de ellas. Por el pelo, podría ser. Pero las fotos habían desaparecido. Buscó y rebuscó por el armario y el resto de la habitación, incluso debajo de la cama, pero no las encontró. En el lugar donde antes estaban colgadas las fotos había seis cuadros. Unos eran abstractos; otros renacentistas; uno de Tom Thomson. Todos ellos muy hermosos y todos ellos desprendían una sensación de... paz. Tom había redecorado su habitación.
Se acercó a admirar una reproducción de La primavera de Botticelli, colgada sobre la cómoda y descubrió con sorpresa una foto de veinte por veinticinco centímetros colocada sobre el mueble. Era la fotografía de una pareja bailando.
El hombre era alto, atractivo, elegante y desprendía una aura de poder. Miraba a la mujer con una mirada intensa y ardiente.
La mujer era menuda, estaba ruborizada y tenía la mirada clavada en los botones de la camisa de él. Llevaba un vestido de un color lila tan vibrante que el resto de los colores de la foto palidecían en comparación.
«¿De dónde habrá sacado una foto de nosotros dos bailando en Lobby? De Rachel», se respondió inmediatamente.
Salió de la habitación, dejándolo todo tal como lo había encontrado.




HOLA!! COMO ESTAN? OJALA QUE BIEN ... OIGAN ... NO LES DARIA MIEDO ENCONTRARSE UNA MUJER ASI? .__. Y ... CUAL SERIA LA REACCION DE USTEDES AL SABER QUE EL HOMBRE QUE AMAS HIZO COSAS ESPANTOSAS COMO LAS QUE HIZO TOM? ... ME DA CURIOSIDAD LO QUE USTEDES OPINEN, YO RESPONDO LO QUE YO CREO: 1: SI ... Y MUCHO, NO SABRIA QUE HACER Y 2: PUES ... ME ALEJARIA DE EL UNOS DIAS PARA REFLEXIONAR Y LUEGO PUES ... SI LO AMO COMO DIGO QUE LO AMO, HABLARIA CON EL Y SI SU RESPUESTA ES CONVINCENTE, SEGUIRIA CON EL ... 
BUENO ESPERO SUS RESPUESTAS, ME DESPIDO, HASTA PRONTO :))

4 comentarios:

  1. Yo marcharia corriendo si una señosa se me acerca asi:/ pero a lo de mi pareja mientras sea su pasado y no quiera hacerli conmigo no hay problema jajajaja a mi el sado no me gustaa:)
    Siguela por favorrrr

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  2. bueno.... en cuanto a esa situacion pues no se que haria !! creo que depende quien fuera (no pienses que soy rara :3) y sobre lo de la pareja pues mmm.... creo que lo hablariamos pero seria un poco extranio siempre dicen que hablando se entiende la gente pero no se !! tengo problemas de comunicacion y me altero pero bueno ya !! este cap me dio pena ;/ solo me pongo a imagibnar como se quedo Tom de preocupado por como ella salio !!! de seguro piensa que no ira a su casa:/ pero bueno !! ME SIGUE ENCANTANDO !!!! *-* espero que subas pronto !!!! siempre reviso cuando me despierto a ver si subiste !! me alegro mucho cuando subes *-* :DD bueno ya !! jajaja me inspire hablando xD nos leemos pronto (espero)

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  3. Obvio que miedoo!! Yo si la denunciaria. . Si lo amo tendria que averiguar muy boen. Porque ahpra hy cad loco..

    Siguelaa Virgii esta buenizima.. :)

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  4. Ella debería de hacer una denuncia en contra de esa depredadora, esa tipa es muy mala me cae maaaal, Tom tiene un pasado muy oscuro y entiendo q el se preocupe x ella xq la ama y no la quiere incluir en ese pasado pero yo me alejaría varios días de el para pensar muy bien las cosas y tendría q averiguar muchas cosas.. esa mujer si me da miedo, me encantoooo virgiii sube prontooo please me muero x saber q pasara ahora q (Tn) sabe ese pasado oscuro de Tom y el q hará???

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