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sábado, 26 de abril de 2014

.- EL INFIERNO DE TOM.- 28 (PARTE 1,2 y 3)

CAP 28 (PARTE 1)
Después de cenar, Scott se fue a visitar a un amigo. Al volver a casa, descubrió sorprendido que había dos coches de policía en la puerta. La agente Jamie Roberts estaba interrogando a ______ en el salón, mientras el agente Ron Quinn hacía lo propio con Tom en el comedor. Con Richard ya habían hablado antes.
—¿Alguien puede explicarme qué hace la casa llena de policías? ¿Qué ha hecho Tom esta vez? —les preguntó Scott a su padre y a su hermana, que estaban sentados en la cocina.
Aaron sacó una cerveza de la nevera, la abrió y se la alargó a Scott, que la aceptó agradecido.
—Simon Talbot ha atacado a ________. 
Scott casi escupió la cerveza.
—¿Qué? ¿Está bien?
—El muy cabrón la ha mordido —explicó Rachel— y casi le ha roto el tobillo.
—¿Él...? —empezó a preguntar con decisión, pero no fue capaz de pronunciar las palabras en voz alta.
Su hermana negó con la cabeza.
—Se lo he preguntado. Tal vez no debería, pero lo he hecho. Me ha dicho que no.
Todos soltaron un suspiro de alivio.
Scott dejó la cerveza sobre la encimera con fuerza.
—Bueno, ¿y dónde está Simon ahora? Vamos, Aaron, alguien tiene que darle una lección.
—Tom ya se ha encargado de eso. Ron dice que han tenido que llevarlo al hospital con la mandíbula rota. Tom le ha destrozado la cara.
—¿El Profesor? ¿Por qué iba a hacer algo así?
Aaron y Rachel intercambiaron una mirada sin decir nada.
—De todos modos, me gustaría hacerle una visita de cortesía a ese gilipollas —insistió Scott, con los puños cerrados a los costados.
Aaron negó con la cabeza.
—¿Te estás oyendo? Eres fiscal, Scott, y él es el hijo de un senador. No puedes ir a darle una paliza. Además, Tom ha hecho un buen trabajo. Cuando los médicos acaben de remendarlo, lo detendrán.
—Aún no me habéis explicado por qué Tom se ha ensuciado las manos por ______. Apenas se conocen.
Rachel se inclinó hacia su hermano y le susurró:
—Son pareja.
Scott parpadeó como un semáforo perezoso.
—¿Cómo dices?
—Lo que has oído. Están juntos.
—Joder. ¿Qué hace _______ con él?
Antes de que nadie pudiera ofrecer una opinión, Tom entró en la cocina.
—¿Dónde está ______?
—Aún la están interrogando —respondió Richard, sonriendo y apoyando la mano en el hombro de su hijo adoptivo—. Estoy muy orgulloso de lo que has hecho por ella. Sé que hablo en nombre de todos. Damos gracias porque llegaras a tiempo de impedir algo peor.
Tom apretó los labios y asintió, incómodo.
—Te has ganado una medalla por haberle dado una paliza a Simon Talbot, pero no por haberte liado con _______. No te la mereces. No eres lo bastante bueno para ella —dijo Scott, haciendo crujir los nudillos.
Tom le dedicó una mirada gélida.
—Mi vida personal no es asunto tuyo.
—Ahora sí. ¿Qué clase de profesor se tira a sus alumnas? ¿No tienes suficiente con todas las demás?
Rachel inspiró hondo y empezó a dirigirse hacia la puerta, alejándose del inminente choque de titanes.
Con los puños apretados a los costados, Tom se acercó a su hermano, más joven pero más corpulento.
—Como vuelvas a usar ese vocabulario para referirte a ella, tú y yo vamos a tener más que palabras.
—Chicos, dejaos ya de toda esta mierda de Caín y Abel. Hay policías en el salón y estáis asustando a vuestra hermana —les advirtió Aaron, interponiéndose entre ellos y apoyándole a Scott una mano en el pecho.
—________ no es de esas chicas a las que uno deja tiradas después de follársela. Es de las chicas con las que uno se casa —dijo Scott por encima del hombro de Aaron.
—¿Tu crees que no lo sé? —preguntó Tom con hostilidad.
—¿Y no se te ha ocurrido pensar que ya ha cubierto el cupo de gilipollas en su vida?
Richard levantó una mano.
—Scott, ya basta.
Éste miró a su padre con curiosidad.
—Tom ha rescatado a _______ de su atacante.
Su hijo se lo quedó mirando como si le hubiera dicho que la Tierra era plana. Y que todos lo sabían, menos él. Rachel intervino, ansiosa por cambiar de tema.
—Por cierto, Tom, no sabía que conocieras a Jamie Roberts. ¿Fuisteis juntos al instituto?
—Sí.
—¿Erais amigos?
—Conocidos.
Todos los ojos se volvieron hacia él, que se dio la vuelta y salió de la cocina.
Richard esperó a que la tensión se calmara para volverse hacia Scott.
—Me gustaría hablar un momento contigo —le indicó, con calma pero con decisión.
Los dos subieron la escalera y se encerraron en el despacho de Richard.
—Siéntate —le indicó éste—. Quiero que hablemos de tu actitud respecto a tu hermano.
Sentado frente a su padre, Scott se preparó para lo que se le venía encima. Richard sólo llevaba a sus hijos al despacho para las charlas trascendentes.
Señalando hacia una reproducción del cuadro de Rembrandt El regreso del hijo pródigo, que ocupaba un lugar de honor en una de las paredes, Richard le preguntó:
—¿Recuerdas la parábola?
Scott asintió lentamente. Se había metido en un lío.

_______ se incorporó en la cama y se sentó de un salto, tratando de respirar.
«Una pesadilla. Sólo ha sido una pesadilla. Estás a salvo.»
Su corazón tardó unos minutos en recuperar el ritmo normal. Cuando su mente aceptó que estaba en la habitación de invitados de los Clark y no debajo de Simon, en el suelo de su antigua habitación, se relajó un poco.
Encendió la lámpara. La luz dispersó las sombras, pero no la animó. Se tomó un par de pastillas para el dolor que Tom le había dejado en la mesita de noche cuando la había acompañado a la cama, unas horas antes. La había arropado y la había abrazado por encima de las mantas hasta que se había dormido. Pero ahora no estaba.
«Lo necesito a mi lado.»
Más que las pastillas para el dolor, la luz o el aire, ________ lo necesitaba a él. Necesitaba sentir su cuerpo rodeándola, oír su voz profunda susurrándole palabras de consuelo. Era la única persona que podía hacerle olvidar lo que había pasado. Necesitaba tocarlo. Necesitaba besarlo para olvidar la pesadilla.
Las pastillas servían sólo para aliviarle el dolor del tobillo; así que, a saltitos, fue hasta la habitación de Tom para que le aliviara el dolor del corazón. Silenciosa como un ratón, escuchó. Cuando se convenció de que no había nadie despierto, entró en la habitación de él.
Tardó unos instantes en distinguir algo en la penumbra. Tom no había corrido las cortinas y estaba tumbado en el lado de la cama que habitualmente ocupaba ______. Se preguntó si podía decir que tuviese un lado de la cama con él. Fue dando saltos hasta el otro lado, apartó el edredón y apoyó una rodilla en el colchón.
—_______.
Su ronco murmullo la sobresaltó. Se cubrió la boca con la mano para no gritar.
—No, quieta.
Ella se sintió desfallecer ante su rechazo y bajó la cabeza avergonzada.
—Lo siento. No quería molestarte.
Ruborizada de vergüenza y conteniendo las lágrimas, se volvió para irse.
—No quería decir eso. Espera.
Tom apartó el edredón de un golpe seco y se levantó. Estaba desnudo y la luz de las estrellas se reflejaba en su espalda, sobre sus músculos, desde los atléticos hombros, bajando por la columna hasta la estrecha zona lumbar, que se estiró mientras se agachaba para coger el pantalón del pijama.
Y, por supuesto, también sobre un trasero precioso y las piernas...
Cuando acabó de ponerse los pantalones, se volvió hacia ella. Esta vez la luz se reflejó en su pecho perfectamente esculpido y en sus anchos hombros. El dragón tatuado quedaba medio oculto por la oscuridad, pero siempre estaba presente.
—Ya está. Ya puedes asaltar mi cama —bromeó—. He pensado que te asustarías si entrabas y me encontrabas así.
________ puso los ojos en blanco. No le gustaba que se riera de ella, pero en ese caso, lo entendió
—Ven aquí —susurró él, extendiendo el brazo para que, cuando se acostara, la cabeza de _______ quedara apoyada en su pecho—. Me he puesto la alarma para ir a ver cómo estabas. Habría sonado en quince minutos. ¿Qué tal tienes el tobillo?
—Me duele.
—¿Te has tomado las pastillas que te dejé?
—Sí, pero aún no me han hecho efecto.
Tom le buscó la mano y le dio un beso en los dedos con delicadeza.
—Mi pequeña guerrera —le dijo, acariciándole el pelo con la yema de los dedos—. ¿No podías dormir?
—He tenido una pesadilla.
—¿Quieres hablar de ello?
—No.
Él la abrazó con más fuerza para indicarle que si cambiaba de opinión, estaría allí para escucharla.
—¿Puedes besarme? —le pidió ________.
—Pensaba que, después de lo que ha pasado, no querrías que te tocara.
Ella alzó la cabeza y unió sus labios a los suyos, poniendo fin a la conversación.
Tom la besó con delicadeza, sin apenas apretar, porque la boca de ________ seguía irritada y no quería hacerle daño. En silencio, maldijo a Simon.
Pero ella no tenía suficiente con ese beso. Quería beber de él, quería que el fuego que sólo Tom sabía despertar en su interior la envolviera y no pensar en nada más.
Abriendo la boca, _______ le recorrió el labio inferior con la lengua, saboreando su dulzura. Con decisión, le metió la lengua en la boca hasta encontrar la de él. Se la lamió, bailó un tango con ella, tropezó y volvió al ataque. Tom le sujetó la cabeza, agarrándola por el pelo. Contraatacando, empujó la lengua de ________ con la suya, llevando el dulce combate a la boca de ella, que empezó a gemir de placer.
Mientras lo besaba, no pensaba en nada más. Apartó el tobillo magullado para protegérselo y enredó las manos en el pelo de él, tirando.
Tom gruñó, pero no se detuvo. ________notó que su miembro empezaba a tensarse contra su muslo desnudo.
CAP 28 (PARTE 2)
Él le recorrió el costado con la mano, deteniéndose unos instantes en su pecho antes de seguir bajando hasta la cadera. Le gustaba que la camiseta de tirantes y los pantalones cortos de Rachel le apretaran un poco, marcando sus curvas y dejando una buena cantidad de piel al descubierto en los hombros y el escote. Incluso en la penumbra era preciosa.
De pronto, _________ se encontró tumbada de espaldas, con Tom apoyado en los antebrazos encima de ella. Cuando él le apoyó la rodilla entre las piernas, las separó de buena gana.
________ quería más. Necesitaba más. Respiraba entrecortadamente, pero sus dedos se negaban a soltarle el pelo, obligándolo a seguir besándola.
Tom respondió acariciándole los pechos por encima de la camiseta, aplicando la presión necesaria para excitarla, pero no la suficiente como para satisfacerla. Pero en seguida se reprimió y se apartó, apoyándose en un codo.
Actuando por instinto, _______ se cogió la camiseta y trató de quitársela por la cabeza.
Tom la sujetó por la muñeca, impidiéndoselo. La besó y pronto volvieron a provocarse, excitándose mutuamente con la lengua e intercambiando alientos. Cuando él le soltó la mano para acariciarle el muslo y colocarle luego la pierna alrededor de su cadera, _________ aprovechó que tenía las manos libres para tratar de quitarse la camiseta una vez más, retorciéndose bajo el torso desnudo de Tom.
Esta vez, él la sujetó con ambas manos.
—_______—jadeó casi sin aliento—, por favor... para. 
Echándose hacia atrás, se arrodilló en la cama tratando de calmarse.
—¿No... te apetece? —La voz de ella, tan sincera e inocente, le llegó al corazón, retorciéndoselo.
Tom cerró los ojos y negó con la cabeza. Con su respuesta, un dique se abrió en la memoria de ______, dejando escapar todas las crueles palabras que Simon le había dicho: «Zorra estúpida. Vas a ser un desastre en la cama. Eres frígida. Ningún hombre va a querer acostarse contigo».
Rodó hasta el extremo de la cama y se sentó. Quería irse de la habitación antes de que se le escapara algún sollozo. Pero antes de que pudiera poner el pie bueno en el suelo, unos fuertes brazos le rodearon la cintura. Estaba atrapada.
Tom se sentó con las piernas a ambos lados de las caderas de ella y la abrazó con fuerza. _________ notaba su respiración y el latido de su corazón contra su espalda. Era una sensación curiosa, pero muy erótica.
—No te vayas —susurró Tom, dándole un beso en la oreja.
Inclinándose hacia adelante, le besó el cuello y se lo acarició con los labios.
_______ sorbió por la nariz.
—No quería disgustarte. ¿Te he hecho daño? —Como ella no respondía, Tom volvió a besarle la oreja y la abrazó con más fuerza.
—No, al menos, no físicamente —logró decir sin llorar.
—Explícamelo, por favor —le susurró él al oído—. Dime cómo te he hecho daño.
_______ levantó las manos, exasperada.
—Me dices que me deseas, pero cuando por fin encuentro el valor para lanzarme a tus brazos, ¡me rechazas!
Tom inspiró hondo, emitiendo una especie de silbido contra el oído de ella. Sintió que se tensaba. Notó los tendones de sus brazos en la cintura y otra cosa en la parte baja de la espalda.
—Créeme, ______. No te estoy rechazando. Por supuesto que te deseo. Eres preciosa. Deliciosa. —Le besó la mejilla—. Ya hemos hablado de esto. Nuestra primera vez ya está cerca. ¿De verdad quieres que sea hoy?
Ella dudó y esa vacilación fue todo lo que Tom necesitaba.
—Incluso aunque estuvieras preparada, no te haría el amor esta noche, cariño. Estás magullada y eso significa que vas a tener que cuidarte unos cuantos días. Necesito que estés plenamente recuperada antes de empezar a explorar las posibilidades de... ah... las distintas posturas.
Aunque no lo veía, _______ notó en su voz que estaba sonriendo.
Estaba tratando de hacerla reír.
—Y, además, está esto.
Tom se movió para que ella se apoyara en el lado izquierdo de su torso, mientras le acariciaba la marca del cuello con un dedo.
Ella se encogió al notar su contacto y él sintió un gran odio hacia Simon. Inspiró y espiró varias veces para controlarse. Cuando lo logró, empezó a darle suaves besos alrededor del mordisco, hasta que ______ suspiró y, relajándose, dejó caer la cabeza hacia atrás, contra el hombro de Tom.
—Hace unas pocas horas, estabas en posición fetal. No sería un gran amante ni una gran persona si me aprovechara de tu vulnerabilidad. ¿Lo entiendes?
Tras reflexionar durante unos instantes, ella asintió.
—Hoy has pasado por unas circunstancias aterradoras. Es normal que quieras sentirse querida y protegida. Y yo quiero ayudarte, amor mío, pero hay muchas maneras de lograrlo. No hace falta que te quites la ropa para llamar mi atención. La tienes en exclusiva. Y tampoco tienes que acostarte conmigo para sentirte deseada.
—¿Ah, no? —murmuró _______, curiosa.
—No. Puedo demostrártelo así.
Tom la besó en el cuello y la reclinó sobre la cama. Luego se tumbó a su lado, de costado, apoyado en un codo y la miró a los ojos, grandes y tristes. Empezó a acariciarla de arriba abajo, con caricias lentas y delicadas. Le secó las lágrimas, le resiguió la línea de la mandíbula, pasando por la barbilla y, tras recorrerle las cejas, bajó hasta el cuello, desde donde alcanzó las clavículas.
_______ ahogó una exclamación cuando los dedos de Tom pasaron sobre su esternón, entre sus pechos, para llegar al estómago, donde le dibujó círculos sobre la piel desnuda. Con la mano plana sobre la parte baja del vientre de ella, le recorrió el escote con los labios.
Al levantar la cabeza, vio que ________ había cerrado los ojos.
—¿Cariño?
Ella los abrió, parpadeando.
—En esta cama estamos solos tú y yo. Y tú eres lo único que importa. —Le acarició la cintura y bajó la mano hasta la cadera, donde la dejó reposar—. Si quieres volver a tu habitación, te acompañaré. Si quieres dormir aquí sola, me marcharé. Dime lo que quieres y, si está en mi mano, te lo daré. Pero, por favor, no me pidas que te arrebate tu virginidad. Esta noche no.
_________ pensó un poco y tragó saliva antes de responder.
—Quiero quedarme aquí. No duermo bien sin ti.
—Yo apenas duermo si no estoy contigo. Me alegro de que sea algo mutuo. —Tom le acarició el muslo y la parte baja del culo—. Sabes que me importas mucho, ¿verdad?
Ella asintió y le acarició el pecho mientras él se inclinaba hacia adelante y le rozaba con los labios la zona del cuello donde no tenía marcas.
—Siento haberte hecho esto el otro día —se disculpó, rozándole el chupetón, que ya empezaba a borrarse.
________ lo miró a los ojos y vio que se sentía francamente culpable.
—No pasa nada, Tom. Eso fue muy distinto.
—Tengo que ser más cuidadoso contigo. 
Ella suspiró.
—Siempre eres muy cuidadoso conmigo.
—Date la vuelta, cariño.
No sabía lo que se le habría ocurrido, pero _______ se tumbó boca abajo y volvió la cabeza para mirarlo. Confiaba en él por completo.
Tom se arrodilló a su lado y le apartó el pelo de la cara.
—Relájate. Sólo quiero que te sientas bien.
Empezó a masajearla suavemente con ambas manos, explorando cada centímetro de su cuerpo desde la cabeza a los pies.
Cuando acabó, se tumbó junto a éstos y les dedicó una atención especial, centrándose en los talones y las plantas.
Ella gimió suavemente.
—¿Recuerdas cuando te quedaste en casa, tras aquel desastroso seminario? —preguntó Tom con el cejo fruncido—. No te fiabas de mí. Era lógico que no lo hicieras, pero en aquel momento yo ya había decidido que... Estás a salvo conmigo, amor, te lo prometo.
Cuando acabó con los pies, volvió a ascender por su cuerpo, pero esta vez la acarició con los labios —besando, mordisqueando, atrapando con su boca— las zonas que antes había explorado con los dedos.
_______ lo miró a los ojos y vio un gran afecto reflejado en ellos. Cuando se tumbó a su lado, lo besó apasionadamente.
—Gracias, Tom —susurró.
Él sonrió satisfecho y le hundió los dedos en el pelo.
En este entorno de paz y seguridad, _______ se dio cuenta de que había llegado el momento. Habían acordado que desnudarían sus almas antes de desnudar sus cuerpos y una parte de ella estaba cansada de guardar secretos. Además, eran secretos de Simon, no suyos.
Tom ya le había contado parte de su pasado. ¿Por qué se había resistido ella tanto a hacer lo mismo? Sabía que iba a ser doloroso decir las palabras en voz alta, pero más doloroso era tener algo interponiéndose entre los dos. Cerrando los ojos, respiró hondo y, sin preámbulos, empezó:
—Lo conocí en una fiesta, durante mi primer año en la universidad. —Se aclaró la garganta varias veces antes de continuar con un hilo de voz—: Estudiábamos en la Universidad de Pensilvania. Sabía quién era su padre, pero no fue eso lo que me atrajo de él. Me gustó porque era divertido y agradable y lo pasábamos muy bien juntos. La primera Navidad se presentó en mi casa para darme una sorpresa. Sabía que me gustaban las cosas italianas, así que me compró una Vespa roja como una manzana de caramelo. Rojo ______ lo llamó.
Tom alzó las cejas.
—Por supuesto, mi amor por todo lo italiano venía de ti, pero ya había perdido la esperanza de volver a verte. Pensaba que yo no te importaba, así que traté de seguir adelante con mi vida. Sus padres aprobaban nuestra relación y nos invitaban constantemente a Washington o a actos políticos en Filadelfia. Tras unos cuantos meses de salir como amigos, me dijo que quería más. Me pareció bien.
»A partir de ese momento, las cosas empezaron a cambiar. Nunca estaba satisfecho, siempre quería más y se volvió exigente.
_______ se ruborizó en la oscuridad.
Tom notó que le aumentaba la temperatura de la piel y la acarició suavemente para tranquilizarla.
—Decía que ser mi novio le daba derecho a practicar sexo conmigo. Cuando le dije que no estaba preparada, me llamó frígida. Y eso no hizo más que aumentar mi determinación de esperar. No es que te estuviera esperando, pero no quería que nadie me obligara a hacer nada contra mi voluntad. Sé que suena inmaduro...
—_______, no tiene nada de inmaduro imponer tu voluntad y decidir con quién quieres acostarte y con quién no.
Ella sonrió sin ganas.
—Cuanto más insistía, menos cedía yo, pero entonces trataba siempre de que lo compensara de alguna manera. Era exageradamente posesivo. No le gustaba que estuviera con Rachel, probablemente porque a ella no le gustaba él. Yo hacía lo que estaba en mi mano para evitar los conflictos y Simon, bueno... no siempre era una persona agradable.
Hizo una pausa, tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—¿Te pegaba? —preguntó Tom.
—No, en realidad no.
—¿Qué quiere decir eso, ______? ¿Te pegaba o no?
________ notó que él estaba temblando de indignación y rabia. No quería mentirle, pero tenía miedo de su reacción, así que eligió las palabras con mucho cuidado.
—Me empujó en algunas ocasiones. Natalie, mi compañera de habitación, tuvo que quitármelo de encima una vez.
—¿Te das cuenta de que empujar también es maltratar? 
Como ella apartó la vista sin responder, Tom añadió:
—Me gustaría que habláramos de esto más a fondo. Otro día.
—Sinceramente —_______ rió con ironía—, eran mucho peores las cosas que decía que las que hacía. Y durante casi todo el tiempo me trató mejor que mi madre. Algunas veces... reconozco que habría deseado que me pegara. Si me hubiera dado un puñetazo, todo habría acabado en dos segundos. Habría sido preferible a tener que escucharlo decirme que era frígida y que no valía nada una y otra vez. —Se estremeció—. Al menos, si me hubiera pegado, habría podido contárselo a mi padre. Le habría enseñado el moretón y él me habría creído.
CAP 28 (PARTE 3)

Tom se sintió asqueado al oír eso. Su enfado hacia Simon y John no hacía más que aumentar.
A pesar de que guardaba un silencio paciente y respetuoso, ______ sabía que su mente debía de estar funcionando a toda velocidad.
—Siempre me hacía sentir que no era lo bastante buena para él. Como me negaba a que nos acostáramos, me exigió otras cosas. Pero yo nunca hacía nada como él quería. Me decía que si acostarse conmigo iba a ser así, no merecía la pena tanta espera. —Se rió, nerviosa, retorciéndose un mechón de pelo con un dedo—. No pensaba contarte esto, pero supongo que es mejor que lo sepas antes de que te lleves una decepción. ¿Para qué estar conmigo si, además de frígida, no sabía darle placer a un hombre de otras maneras?
Sin poderse reprimir, Tom soltó una sarta de insultos que habrían puesto los pelos de punta a más de uno.
_______ permaneció inmóvil. Sólo se le movía la punta de la nariz.
Como a un ratón. O un conejo.
—_______, mírame. —Le apoyó la mano en la mejilla con delicadeza, hasta que ella alzó la vista—. Todo lo que te dijo era mentira. Tienes que creerme. Sus palabras tenían un solo objetivo: controlarte.
»Por supuesto que quiero estar contigo y por supuesto que te deseo. Mírate. Eres preciosa, cálida e inteligente. Eres amable y comprensiva. Puede que no te des cuenta, pero cuando estoy contigo haces que me vuelva como tú. Haces que desee ser amable y comprensivo. Y cuando hagamos el amor, así es como será.
La voz le había sonado ronca, así que se aclaró la garganta antes de continuar.
—Es imposible que alguien tan generoso y apasionado como tú no sea bueno en la cama. Lo único que necesitas es estar con alguien que te haga sentir segura para poder expresarte. En ese momento, la tigresa que llevas dentro, saldrá al exterior. Él no merecía conocer esa parte de ti. Me alegro mucho de que no se la mostraras. Pero entre nosotros las cosas son distintas. Anoche, la noche del museo, hace un rato... He sido testigo de tu pasión. La he sentido. Es impresionante. Tú eres impresionante.
_________ lo miró sorprendida. Los ojos de Tom nunca le habían parecido tan sinceros.
—Me dijiste que creías en la redención —susurró él—, así que demuéstramelo. Perdónate cualquier cosa de la que te sientas avergonzada y permítete ser feliz. Porque eso es lo único que yo quiero. Que seas feliz.
Ella sonrió y lo besó, disfrutando momentáneamente de su contacto y sus palabras, pero tras unos instantes se apartó, sabiendo que lo peor aún tenía que llegar.
—Me apunté al programa de estudios en el extranjero para estudiantes de tercer año. Él no quería que fuera, así que presenté la solicitud a sus espaldas y no se lo dije hasta el último momento. Se enfadó mucho, pero luego pareció superarlo.
»Mientras estuve en Italia, me escribió unos correos preciosos, con fotografías. Me dijo que me amaba. —_______ tragó saliva—. Nadie me lo había dicho antes. —Respiró hondo—. No regresé en Navidad ni al acabar el curso, porque hice algunos cursillos complementarios y viajé un poco. Cuando volví, a finales de agosto, Rachel me llevó de compras como regalo de bienvenida. Grace le había dado dinero y entre las dos me compraron un vestido muy bonito y unos zapatos de Prada. —Se ruborizó—. Bueno, los has visto. Fueron los zapatos que llevé durante nuestra primera ci... quiero decir, la noche que me llevaste a comer un filete.
Tom le acarició la mejilla con el dorso de los dedos.
—Puedes decirlo, _______. Fue nuestra primera cita. Yo también la considero así. Aunque me comporté como un auténtico idiota. O, mejor dicho, como un asno.
Ella respiró hondo.
—Él hizo planes para que celebráramos juntos mi cumpleaños. Rachel insistió en que me cambiara en su apartamento, para ayudarme a arreglarme. Simon y yo teníamos que reunirnos en el Ritz-Carlton, pero me olvidé la cámara y pasé un momento por la habitación de la residencia universitaria para recogerla.
________ empezó a temblar. Cada músculo, cada parte de su cuerpo, empezó a sacudirse como si estuviera muerta de frío.
Tom la rodeó con los brazos.
—No tienes por qué contarme nada más. Ya he oído suficiente.
—No —replicó ella, con la voz temblorosa, pero decidida a seguir—. Tengo que contárselo a alguien. Ni siquiera Rachel lo sabe todo. —Inspiró hondo un par de veces—. Abrí la puerta. La habitación estaba a oscuras excepto por la lámpara del escritorio de mi compañera. Pero el equipo de música estaba encendido. Estaba sonando Closer, de Nine Inch Nails. Como una idiota, pensé que Natalie se lo habría dejado encendido. Fui a apagarlo, pero entonces los vi.
_________ se había quedado inmóvil como una estatua. Tom aguardó.
—Simon estaba follando con Natalie en mi cama. Me quedé tan sorprendida que no reaccioné. Al principio, pensé que no podía ser él. Y luego pensé que no podía ser ella. Pero lo eran. Y... —Su voz se convirtió en un susurro—. Había sido mi compañera de habitación desde el primer día de facultad. Ya éramos amigas en el instituto. Me vieron mirándolos como un pasmarote. Simon se echó a reír y me dijo que no me extrañara tanto, que se acostaban desde segundo. Yo seguía allí, porque, francamente, no entendía nada. Natalie se acercó a mí, desnuda, y me dijo que me uniera a ellos.
________ cerró la boca, pero demasiado tarde. Ya lo había dicho. Había pronunciado las palabras en voz alta. La agonía y el horror de aquella noche volvieron a inundarla. Se arrodilló y apoyó la mejilla en el pecho de Tom, pero no lloró.
Él la abrazó con fuerza, apretando los labios contra su coronilla.
En su fuero interno, se alegró de no haberlo sabido cuando se peleó con él, porque lo habría matado, estaba seguro.
«Él es el follaángeles. Quería follarse a mi ________ como un animal. Estaba practicando con su compañera de habitación.»
Permanecieron sentados y abrazados un buen rato, mientras _______ trataba de librarse de la vergüenza y Tom de sus impulsos asesinos. Cuando notó que el corazón de ella recuperaba un ritmo normal, empezó a susurrarle al oído. Le dijo lo mucho que la quería y que a su lado siempre estaría segura. Y luego le preguntó si era un buen momento para que le contara unas cosas.
_______ asintió.
—Siento mucho que tuvieras que pasar por eso. —Negó con la cabeza—. Y siento que no crecieras en una casa con unos padres que se amaran y compartieran cama. Yo tuve esa suerte.
»Ya sabes cómo eran Richard y Grace, siempre tocándose, siempre riendo. Nunca lo oí a él levantarle la voz. Y nunca oí a Grace burlarse de Richard ni decirle nada grosero. Eran la pareja perfecta. Y por mucho que a uno le cueste imaginarse a sus padres teniendo vida sexual, es evidente que eran una pareja apasionada.
»Cuando Richard me dio la famosa charla sobre las flores y las semillitas en la barriga de la madre, citó una frase del Libro de oración común, un voto que había pronunciado durante su boda con Grace: "Con este anillo te desposo, con mi cuerpo te adoro y te hago partícipe de todos mis bienes"».
—La he oído. Es preciosa.
—Sí, ¿verdad? Y en el contexto de la incómoda conversación con Richard, él me hizo ver que ese voto expresa la intención del marido de hacerle el amor a su esposa, no de usar su cuerpo únicamente para el sexo. Me explicó que el voto implica la idea de que hacer el amor es un acto de adoración. El esposo adora a su esposa con su cuerpo, amándola, entregándose a ella y avanzando juntos hacia el éxtasis.
Tom se aclaró la garganta y calló un momento antes de continuar.
—Creo que puedo decir sin miedo a equivocarme que lo que presenciaste en esa habitación fue un acto depredador y despreciable. Sé que viste cosas parecidas mientras crecías en San Luis, cosas que una niña no debería ver. Es posible que creyeras que las relaciones sexuales eran siempre así y que todos los hombres eran como él, depredadores maliciosos que usan y abusan de las mujeres.
»Pero la descripción de Richard de hacer el amor era totalmente distinta. Me dijo que era una forma de placer muy apasionada, porque el contexto permite que uno explore sus deseos más íntimos con libertad y aceptación, ya sean desesperados e intensos o lentos y tiernos. Lo importante es que los cimientos sobre los que se afianzan esos deseos estén formados de respeto mutuo y generosidad. Lo importante es entregar, no tomar ni utilizar.
Acercó los labios a la oreja de ella para seguir hablando.
—A lo largo de la vida, llegué a apartarme mucho del camino que me mostró Richard, pero en lo más profundo de mi alma, siempre quise tener lo que él y Grace tenían. Cuando te dije que quería adorarte con mi cuerpo, era exactamente eso lo que quería decir. Y sigo pensando lo mismo. De todo corazón. Nunca te arrebataré nada. Sólo te entregaré cosas. En la cama y fuera de ella.
_____ sonrió con la cara pegada a su pecho.
—Tú y yo estamos empezando de cero, así que, como dice el Nuevo Testamento en la Carta a los Corintios, «¡Todo ha cambiado, todo es nuevo!».
Levantó la cara y lo besó en los labios, susurrándole palabras de agradecimiento. Su declaración la había consolado muchísimo. No había eliminado el dolor ni había borrado los recuerdos, pero era un gran alivio saber que no iba a echarle en cara sus flaquezas del pasado. Porque, en realidad, de lo que más avergonzada se sentía era de haberse dejado tratar tan mal. Ésa era la razón por la que lo había mantenido en secreto.
—Ahora me siento mucho peor por haberte gastado aquella broma sin gracia sobre los Nine Inch Nails en Lobby —dijo él—. No me extraña que te afectara tanto que mencionara esa canción.
_______ asintió lentamente.
—En cuanto volvamos a Toronto, cambiaré las presintonías de la radio. No pienso volver a escuchar esa emisora nunca más. —Tom carraspeó antes de seguir—. Cariño, no tienes que hablar de ello si no quieres, pero tengo curiosidad por saber qué le contaste a tu padre. Por cierto, te debo una disculpa por haber discutido con él en el hospital. He dicho algunas cosas que no debería haber dicho.
Ella lo miró con curiosidad.
—Le he dicho que no debió enviarte a vivir con tu madre. Que su misión como padre era protegerte y que había fracasado.
_______ se quedó muy sorprendida. Nadie, ni siquiera Grace ni Richard le habían echado nunca en cara a John sus decisiones. Nadie. Una expresión maravillada se extendió por su rostro.
—¿No estás enfadada? —preguntó él, sorprendido.
—¿Cómo iba a estarlo? Gracias por defenderme, Tom. Es la primera vez que alguien hace algo así por mí.
Y cogiéndole las manos, le besó los nudillos hinchados y los arañazos. Sus heridas de guerra le resultaban tan queridas como sus preciosos y expresivos ojos.
—No se lo conté todo. Sólo le dije que había sorprendido a Simon con Natalie y que no podía seguir compartiendo habitación con ella. Fue un poco difícil, porque mi padre estaba saliendo con la madre de Natalie, pero no se quejó.
—Muy noble por su parte —comentó Tom, sarcástico.
—Pasé unos cuantos días en Selinsgrove para calmarme. Luego, papá me llevó de vuelta a la universidad y me ayudó a trasladarme a un pequeño estudio. Te reirías si lo vieras, Tom. Era aún más pequeño que el que tengo ahora.
—No me reiría —replicó muy serio.
—No es una crítica, pero es que eres tan exigente y detallista... Sé que lo habrías encontrado aún más espantoso que mi apartamento actual.
—Tu apartamento actual no me parece espantoso. Lo único que no me gusta de él es que tengas que vivir allí. ¿Qué pasó cuando volviste a clase?
—Procuré esquivarlos. Ellos dos se habían convertido en pareja, más o menos. Tenía miedo de encontrármelos, así que evité todos los lugares que solíamos frecuentar. Iba a clase, estudiaba italiano, preparaba las solicitudes para el doctorado... Apenas salía de casa. Fue una especie de retiro.
—Sí, algo me comentó Rachel.
—Fui una pésima amiga. No respondía a sus llamadas. Ni siquiera quise hablar con Grace, a pesar de que me escribió una carta preciosa. En Navidad les envié una postal, pero me sentía demasiado humillada como para explicar lo que había pasado. Rachel sabe que los pillé juntos, porque Natalie se lo contó. Pero no sabe lo horrible que fue. Y no quiero que lo sepa.
—Todo lo que me cuentes quedará entre nosotros.
—Me avergonzaba admitir que había sido tan idiota de meterme en esa situación. Que le había permitido tratarme de esa manera durante tanto tiempo. Que no me había dado cuenta de que estaban juntos a mis espaldas. Quería convencerme de que aquello no me había pasado a mí, que le había pasado a otra persona.
Levantó la vista. Tom la estaba mirando, comprensivo.
—Por favor, no vuelvas a decir que eres idiota. Son ellos los que deberían sentirse avergonzados por cómo te trataron. Ellos son los villanos en esta historia, no tú. —Le besó la cabeza y hundió la nariz en su pelo—. Creo que deberías dormir un poco, mi amor. Mañana será un día muy largo y tienes que recuperarte bien.
—¿No se molestará tu familia cuando nos encuentren juntos?
—Saben que somos pareja y creo que a casi todos les parece
—¿A casi todos? 
Tom suspiró.
—A Richard no le importa, lo que no le gusta es que tengamos sexo bajo su techo sin estar casados. Es muy conservador en ese aspecto y prefiere que durmamos en habitaciones separadas. De todos modos, después de lo que te ha pasado, estoy seguro de que no le importará encontrarte aquí.
—¿Y Rachel y Aaron? Tampoco están casados.
—No es que le haga mucha gracia, pero al menos están comprometidos. Rachel siempre me ha apoyado en todo y también nos apoya en esto.
—¿Y Scott?
—Scott se siente muy protector contigo. Sabe que he sido un libertino y...
—No eras un libertino, te sentías solo. 
Él le dio un beso suave.
—Eso es muy generoso por tu parte, pero ambos sabemos que no es verdad.
Se tumbaron y ________ apoyó la cabeza en su pecho, acariciándole el torso con un dedo. Canturreaba mientras reflexionaba sobre sus palabras. Le había dicho que la quería y que quería adorarla con su cuerpo. Probablemente, eran las palabras más importantes que le habían dicho nunca. Insegura, le recorrió el tatuaje con el dedo.
—No —susurró Tom, apartándole la mano
—Lo siento. ¿Qué es MAIA? 
Él apretó los labios.
—Perdona. No quería sacar el tema, pero como nos estábamos contando secretos, pensaba...
Tom se frotó los ojos con la mano libre, pero no la soltó.
—Maia es un nombre —dijo, con voz ronca.
—¿La... la amabas?
—Por supuesto que la amaba.
—¿Estuvisteis mucho tiempo juntos? 
Tom carraspeó.
—No es lo que piensas.
_________ lo abrazó y cerró los ojos.
Pero él permaneció despierto durante un largo rato, mirando el techo.




HOLA!!! BUENO ... QUE LES PARECIO EL CAPS? .... DIOS MIO :O TOM DESNUDO *-*, JAJAJA TENIA MIEDO QUE A RAYA LO ENCONTRARA DESNUDO. Y NO SOPORTO A LA RAYA DE CALENTURIENTA :D ... POBRE DE RAYITA, EL PENDEJO DE SIMON LE HACIA LA VIDA PESADA, Q DESGRACIADO!!! BUENO, UNA DISCULPA POR NO HABERLES AGREGADO PERO ES QUE AHORA TRABAJO Y SALGO SUPER CANSADA Y CON GANAS DE DORMIR, PERO AQUI SE LOS DEJO, YA SABEN SI VEO 4 COMENTARIOS O MAS LES AGREGO SINO ... NO!! ADIOS :))

5 comentarios:

  1. AAAWWWW !! ya se enteraron *-* aww !!! que hermoso todo !!! muero por saber quien Maia O: quizas es su madre o no se D: quiero saber !!!!!! me encanta como se hablan DIOS !! es tan fdngowenfoe ! y casi casi O: enserio que muero por que pase ese momento DIOOOSSS !!! *-* ME ENCAAAANTAA !! *-*

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  2. Awwwweewe, me encaaaaaaaanta, esta genial, diosssss quiero saber quien es maia, yo creo que es una hija perdida de tom o algo así hahahahaha espero que lo diga pronto
    Siguelaaaa

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  3. Como siempre quedo encantada con esta fic simplemente estoy casi adicta a esto jaja es genial.
    Aww tom es todo un.lindo por como trata a ___y simon en un son of bitch e.e por hacerla sentir mal lo hueno es que ella lo esta superando uii esperare el proximo cap con muchas ansias :D

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  4. Sii Maia debe ser hija de Tom!!
    Sii no podria ser su madre o sii?? ..

    Pobre rayita le toca der feliz!! Llegar al cuarto y ver q Tom esta tumbado n la cama Desnudoo!! *.*

    Siguelaa esta buenizima ;)

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  5. Ya todos saben de la relación entre (Tn) y Tom q bueno.. hay Tom tan lindo es muy bueno y comprensivo con ella se nota q la ama de verdad, ella le conto una parte dolorosa y privada de ella a el y el la apoyo no la rechazo ni nada x estilo q lindo.. quien es Maia?? Tom tiene un tatuaje con ese nombre y le dijo a (Tn) q la amaba quien habrá sido ella?? quiero saber sobre esoooo pleaseee sube prontooo no me dejes con esa intriga me encanto el cap lo amee y mas la actitud de Tom con (Tn)..

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