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martes, 29 de abril de 2014

.- EL INFIERNO DE TOM .- 30 (PARTE 1 y 2)

ULTIMOS CAPITULOS .... 1º LIBRO!!

CAP 30 (PARTE 1)
Al despertarse a la mañana siguiente, _________ notó algo cálido cerca de su corazón y una suave brisa que le acariciaba la nuca. Al fijarse más, se dio cuenta de que la mano de Tom le cubría un pecho mientras la abrazaba. Echándose a reír, cambió de postura.
Él gruñó ante el inesperado movimiento.
—Buenos días, Tom.
—Buenos días, preciosa. —Los labios de él se encontraron con su mejilla y la besaron.
—¿Has dormido bien?
—Muy bien. ¿Y tú?
—Bien, gracias.
—¿Te molesta que haga esto?
La estaba acariciando suavemente por encima del camisón.
—Al contrario, me gusta —respondió ________, volviéndose hacia él. Bajando la mano por su espalda, __________ le rodeó la cintura y la acercó para besarla apasionadamente.
—_________. —Le apartó unos mechones de pelo de la cara—. Hay algo que me gustaría decirte.
________ frunció el cejo. Él le pasó un dedo entre las cejas.
—Es algo agradable. Espero. 
Ella lo miró expectante.
Los grandes ojos de Tom la miraban con solemnidad.
—Te quiero.
__________ parpadeó y una sonrisa se extendió lentamente por su cara.
—Yo también te quiero. Pensaba que me lo había imaginado cuando lo dijiste anoche.
Él la besó con dulzura.
—Yo tampoco estaba seguro de que me hubieras oído.
—¿Sabes?, ya me lo habías dicho una vez.
—¿Cuándo?
—Cuando te rescaté de las garras de Christa y te metí en la cama, me llamaste Beatriz y me dijiste que me amabas.
Tom tragó saliva.
—________, siento haber tardado tanto en decírtelo como te mereces.
Rodeándole el cuello con los brazos, ella le apoyó la frente en la barbilla cubierta por una incipiente barba.
—Gracias.
—No, cariño, soy yo el que tiene que dártelas. Nunca me había sentido así. Haces que me dé cuenta de cómo he malgastado mi vida hasta ahora. —Se le ensombreció la mirada.
_________ le dio un beso suave.
—Los dos teníamos que madurar. Ha sido mejor así.
—Me arrepiento de cómo trataba a las mujeres antes de conocerte. Y lamento haber perdido el tiempo con ellas. Lo sabes, ¿verdad?
—Y yo lamento haber estado con Simon, pero no podemos hacer nada más que dar gracias por habernos encontrado finalmente.
—Ojalá pudiéramos pasarnos el día en la cama —dijo él, en tono soñador.
________ se echó a reír.
—Creo que eso sí que escandalizaría a tu familia.
—Supongo. Maldita sea.
Tom rió también, hasta que la risa de ambos se transformó en besos.
Ella fue la primera en apartarse.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto —respondió él, aunque a ________ no se le escapó que apretaba la mandíbula.
«No quieras saberlo todo esta mañana, ________. Hay cosas que no puedo contarte en casa de Richard.»
—¿Qué clase de lencería femenina te gusta?
Relajando la mandíbula inmediatamente, Tom esbozó una pícara sonrisa.
—¿Me lo preguntas porque... estás haciendo una encuesta? 
Riendo, le cogió la mano y le besó los nudillos.
Ella se quedó mirando sus manos unidas.
—Me gustaría ir de compras antes del viaje. Me preguntaba qué cosas te gustan.
Él la miró con deseo.
—________, soy un hombre. Mi lencería favorita es... la que te quitas. —Le sujetó la barbilla para que no apartara la vista—. Eres una mujer preciosa. Cuando me imagino contigo, pienso en tomarme mucho tiempo para admirar tu belleza: tu cara, tus hombros, tus pechos, cada parte de ti. Pienso en tu piel blanca y sonrosada y en las
suaves curvas que adoraré con mi cuerpo.
La empujó con delicadeza hasta que quedó tumbada de espaldas y entonces se arrodilló a su lado.
—Quiero que lleves algo que te haga sentir cómoda y bella, porque así es como quiero que te sientas cuando estés conmigo. —Y atrapando su boca, la besó ardientemente.
Cuando se apartó, ________ lo miró traviesa.
—¿Algo cómodo, como un conjunto Lululemon para yoga? 
Él la miró confuso.
—No conozco esos lulu... lo que sea, pero si vas cómoda con ellos, no me oirás protestar.
Ella levantó la cara para frotarle la punta de la nariz con la suya.
—Eres un auténtico encanto, pero te lo he preguntado en serio. Quiero elegir algo que te guste.
—Me gustará... siempre que seas tú quien lo lleve puesto.
Tom volvió a besarla y esta vez se permitió el lujo de acercarse a ella hasta casi rozarle el pecho con el suyo, pero sin tocarla. Entre los dos empezó a circular una corriente de calor y electricidad que dejó a ________ sin aliento.
—¿Algún color? —insistió ella, jadeante—. ¿Algún estilo?
Riéndose, Tom le acarició la mejilla ruborizada.
—Mientras no sea negro ni rojo, me da igual.
—Pensaba que ésos eran los colores habituales. Se supone que son seductores.
Él le susurró al oído:
—Ya me has seducido. Me atraes, me seduces y me excitas... muchísimo.
La temperatura de la habitación aumentó tanto que _________ se olvidó de lo que quería preguntarle. Finalmente lo recordó.
—Entonces, ni rojo ni negro. ¿Ninguna preferencia, seguro?
—Eres muy obstinada. Pues ya que insistes, creo que te quedarían bien los colores pálidos: blanco, rosa, azul. Supongo que no hay nada malo en decirte que te he imaginado llevando lencería clásica, con el pelo suelto cayéndote sobre los hombros. Pero lo que yo me imagine no tiene importancia. Lo importante eres tú. Creo que la elección debería ser tuya. —Con una sonrisa, añadió—: Por supuesto, eso no quiere decir que no pueda regalarte algo mientras estemos allí. Pero para la primera vez quiero que elijas tú. Algo que te haga sentir especial, sexy y adorada. Eso es lo que quiero, porque te amo.
—Yo también a ti.
________ le dedicó una sonrisa tan dulce que Tom sintió que el corazón se le derretía en el pecho. Ella le acarició la mandíbula con el pulgar y él cerró los ojos abandonándose a su contacto. Cuando volvió a abrirlos, la miró con voracidad.
________ apartó la vista.
—Tengo que vestirme. ¿A qué hora salimos hacia Filadelfia?
Él le trazó una línea de besos desde una clavícula hasta la otra.
—Después —beso— de —beso— desayunar —beso—. El vuelo sale —beso— a la hora de la cena —beso— y tenemos que estar en el aeropuerto pronto —beso doble.
Con un beso de despedida, ________ salió al pasillo, apoyándose en las muletas.
En la planta baja, Richard parecía un derviche, preparando y sirviendo el desayuno a toda la familia. Scott devoraba todo lo que no estaba clavado al suelo o lo que no era reclamado por otras personas. Rachel y Aaron estaban mirando en la Blackberry de él fotos de sitios de Filadelfia donde celebrar la boda.
—Aquí están. —Rachel los saludó a los dos cuando entraron en la cocina.
—Tengo que devolverte esto —le dijo _________ al verla, deshaciéndose el nudo del pañuelo, que había vuelto a atarse al cuello.
—Quédatelo. A mamá le habría gustado que lo tuvieras.
_________ le dio las gracias con un abrazo. Una vez más, se sintió afortunada por la generosidad de su amiga y la de Grace, que siempre parecía velar por ella.
—Se te ve contenta esta mañana.
Scott le sirvió un vaso de zumo de naranja mientras _______ se sentaba.
—Lo estoy. Muy contenta.
—Más le vale tratarte bien —le susurró muy serio.
—Ha cambiado, Scott. Él... me ama —replicó ella en voz muy baja, para que no la oyeran los demás.
Él la miró sorprendido.
—Joder —murmuró incómodo, cambiando de postura antes de cambiar de tema.

CAP 30 (PARTE 2)

—Ayer era el día en que el tribunal tenía que decidir si dejaba a Simon en libertad bajo fianza. Su abogado estaba tratando de conseguirlo a toda costa —le explicó—, pero aún no sé qué han resuelto.
_________ tardó unos momentos en entender lo que le estaba diciendo. Cuando al fin lo hizo, las manos le empezaron a temblar de ansiedad y el zumo de naranja se le cayó sobre el desayuno, mojándolo.
Parpadeó tratando de recobrar la compostura. Mientras secaba el zumo del plato, se maldecía en voz baja por ser un manojo de nervios.
«Tom debe de estar harto de verme tirar cosas. Soy una idiota.»
Cuando iba a levantarse, vio una mano ante ella, ofreciéndole apoyo. Al levantar la vista, se encontró con un par de ojos color café que la miraban con preocupación. Tom la ayudó a bajar del taburete y a sentarse en otro seco. Tras darle un beso rápido en la frente, la tranquilizó:
—Ahora estás a salvo —musitó—. No permitiré que se acerque a ti. —Le acarició los brazos, frotándoselos arriba y abajo para relajarla.
Mientras Richard le preparaba otro gofre, Tom recogió el desayuno mojado y lo dejó en el fregadero.
—Yo me encargo. Siéntate con tu chica —dijo Scott a regañadientes—. Y lo siento.
Nadie se dio cuenta de la conversación entre los hermanos: el hijo pródigo y el hijo constante. Sus ojos se encontraron y en ellos brilló la luz de la comprensión y, tal vez, del perdón. Asintiendo agradecido, Tom se sentó junto a _______. Rodeándole la cintura con un brazo, le susurró palabras tranquilizadoras al oído hasta que ella dejó de temblar.
Tenía que llevársela de Selinsgrove.

Mientras se alejaban, ________ cerró los ojos y suspiró aliviada. Había sido una mañana llena de emociones. Decirle adiós a su familia adoptiva no había sido fácil. Y decirle adiós a su padre, tras los acontecimientos del fin de semana, había sido agotador.
—¿Lamentas marcharte? —Tom le acarició la mejilla. _________ abrió los ojos.
—Una parte de mí no quería irse, pero otra deseaba huir de ahí lo antes posible.
—Lo entiendo. A mí me pasa lo mismo.
—¿Qué te ha dicho mi padre al despedirse? 
Tom se removió en el asiento.
—Me ha dado las gracias. Dice que es consciente de que Simon te podría haber hecho mucho daño. —Enlazando los dedos con los suyos, se los llevó a los labios—. Me ha pedido que cuide de su niñita, dice que lo eres todo para él.
Una lágrima rodó por la mejilla de _______ al oírlo. Se la secó con la mano y miró por la ventana. Ciertamente, las cosas con su padre habían cambiado.
Durante el vuelo de vuelta a Toronto, se acurrucó junto a Tom, dejando a un lado el trabajo para reposar la cabeza en su hombro.
—Tengo que empezar a preparar el viaje —dijo él, dándole un beso en la cabeza.
—¿Cuándo nos iremos?
—Había pensado partir en cuanto acabaran las clases del viernes, pero si tú vienes, tendremos que esperar a que Katherine entregue tu nota. La conferencia es el día 10. ¿Te iría bien viajar el 8?
—Supongo que sí. Tengo que presentar algún trabajo el viernes y Katherine también espera que le entregue un borrador del proyecto. Supongo que tardará unos días en leerlo, así que no creo que haya problema en salir el 8. ¿Cuándo pensabas volver?
Tom movió el brazo para rodearla con él.
—Rachel quiere que vayamos todos a casa en Navidad. Eso te incluye. Así que tendríamos que salir de Italia el 23 o el 24 y hacer una parada en Filadelfia antes de regresar a Toronto. A menos que prefirieras quedarte a pasar las Navidades conmigo en Italia.
______ se echó a reír.
—¿Y arriesgarme a sufrir la furia de Rachel? No, gracias. Además, mi padre también espera que vaya, aunque ya sabe que no me quedaré a dormir en su casa.
Se estremeció.
Tom la abrazó con más fuerza.
—Pues entonces duerme conmigo. Reservaremos habitación en un hotel. No pienso dormir separado de ti por un pasillo nunca más.
_________ se ruborizó, pero sonrió.
—Tendremos dos semanas para disfrutar de Florencia. Y también podemos viajar a Roma y a Venecia, si quieres. Podríamos alquilar una casa en la región de Umbría. Conozco un lugar precioso, cerca de Todi. Me gustaría enseñártelo.
—Mientras esté contigo, amor mío, me da igual dónde estemos. 
Tom apretó los labios.
—Dios te bendiga —murmuró.
—Rachel ha empezado a preparar la boda. La celebrarán a finales de agosto, siempre y cuando el salón que quieren esté libre. Me pregunto por qué querrá esperar tanto. —_______ quería saber si Tom tenía más información.
Pero él se encogió de hombros.
—Conociendo a Rachel, probablemente necesite meses para asegurarse de que a todo el mundo se le ha notificado el enlace debidamente y que la boda aparezca en la CNN.
Los dos se echaron a reír.
—Creo que Rachel querrá tener familia en seguida —dijo _______—. Me preguntó qué opinará Aaron.
—Él la ama y quiere casarse con ella. Me imagino que estará encantado de que el amor de su vida lleve a su hijo en su interior.
Tras unos instantes, se volvió hacia ella.
—________, ¿no te preocupa que no pueda...?
—No. Al menos de momento no. Quiero acabar los cursos y, más tarde, obtener el doctorado. Me gustaría dar clases. —Se encogió de hombros—. Supongo que es una de las ventajas de salir con alguien más joven.
Tom resopló en broma.
—Me haces sentir como un anciano. ¿Te das cuenta de que cuando cumplas treinta años cambiarás de opinión? O antes. Y entonces...
_________ frunció el cejo y negó con la cabeza.
—¿Qué quieres que te diga? ¿Que no te quiero? No pienso decirlo. Te quiero, Tom, por entero, tal como eres. Por favor, no me apartes de ti ahora que al fin nos hemos reencontrado —le rogó, cerrando los ojos—. Me duele.
—Perdóname —susurró él, besándole el dorso de la mano.
Ella aceptó sus disculpas y trató de relajarse, cansada por las emociones del día.
Él se frotó los ojos para poder pensar, pero pronto se dio cuenta de que iba a necesitar un poco de distancia para poder poner sus ideas en orden.
«No hará falta que te anime a apartarte de mí cuando te cuente lo de Paulina...»

La primera semana de diciembre fue la última semana de clases. Fueron unos días bastante tranquilos. Tom y ________ se mantuvieron apartados. Por las noches, él preparaba en su amplio apartamento la conferencia que daría en la Galería de los Uffizi, mientras que ella trabajaba incansablemente en su diminuto agujero de hobbit.
Se escribían mensajes de texto constantemente.

*Cariño, te echo de menos. ¿Te vienes? Te quiero, T.

________ sonrió con tanto cariño al ver el mensaje en la pantalla que hasta el iPhone se ruborizó.

*T, yo también te echo de menos. Estoy acabando un trabajo para esta locura de seminario sobre Dante que estoy haciendo. Probablemente me pase la noche trabajando. El profesor está buenísimo, pero es muy exigente. Te quiero, _______.


Se volvió hacia el portátil para seguir trabajando en el proyecto para Katherine. Poco después, el teléfono volvía a avisarla de que tenía un mensaje.

*Cariño, estás de suerte, soy especialista en Dante. ¿Por qué no te traes el trabajo a mi casa y te ayudo a hacerlo... toda la noche... Todo mi amor, T.
P. D.: ¿Cómo de bueno?

Ella se echó a reír y escribió la respuesta:

*Queridísimo Especialista en Dante, mi profesor está buenísimo, es ardiente como una hoguera, picante como el chile habanero y el pollo vindalú. Ya sé cómo sería tu noche de trabajo y sé que no acabaría el ensayo.
¿Lo dejamos para el viernes? Besos y abrazos. ________.

Esperó un poco por si contestaba inmediatamente, pero la respuesta no llegó hasta que estuvo en la ducha.

*Querida _______, caramba, sí que es ardiente tu profesor. Tu rechazo me ha dejado sumido en un mar de soledad, que trato de superar con un vaso de whisky escocés y un par de capítulos de Graham Greene. Tus besos y abrazos me han ayudado un poco. Te quiero. T.
P. D.: Tú eres ardiente como el sol, pero mucho más bonita.

Ella sonrió y le respondió con un breve mensaje, diciéndole cuánto lo amaba. Después, pasó el resto de la noche trabajando.
Finalmente se vieron el miércoles, durante el último seminario. El principal atractivo de la sesión fue el comportamiento de Christa. Iba muy elegante, con un largo jersey de cachemira color berenjena que le servía de vestido y se le ceñía a las curvas del pecho y el trasero de un modo muy atractivo. Iba impecablemente peinada y maquillada, pero estaba muy quieta, sin tomar apuntes, y la expresión de su cara era de enfado. Para no dejar lugar a dudas, se cruzó de brazos.
Cuando el profesor Kaulitz hizo una pregunta muy sencilla, no levantó la mano. Cuando él la miró por encima de las gafas, animándola a participar, ella frunció el cejo y miró hacia otro lado. Si Tom no hubiera estado tan concentrado en lo suyo se habría preocupado. Pero no lo hizo.
El comportamiento de Christa no sólo llamaba la atención por su silencio, sino por su flagrante hostilidad contra _________, a la que miraba con odio abierto.
—¿Qué mosca le habrá picado? —le susurró ella a Paul al oído, en cuanto acabó en seminario.
Él se echó a reír.
—Tal vez se haya convencido ya de que Kaulitz no va a aceptar el tema de su tesis y se esté planteando un cambio de carrera profesional. Hay un club de striptease en la calle Yonge que busca personal. Quizá tenga lo que hace falta para trabajar allí. O no.
Esa vez fue ________ la que se echó a reír.
—Por cierto, me gusta tu pañuelo. Es muy francés —comentó Paul con una sonrisa—. ¿Regalo de tu novio?
—No. De mi mejor amiga.
—En cualquier caso, te queda bien.
Ella le sonrió mientras recogían los libros. Cuando volvían a casa, paseando bajo la ligera nevada, se contaron una versión (vagamente modificada) de sus respectivos días de Acción de Gracias.





HOLA!!! BUENO ... QUE LES PARECIO EL CAPS ...? A MI HERMOSO!!! BUENO NO TENGO MUCHO QUE DECIR APARTE DE QE YA ME DIO FLOJERA ESCRIBIR LA NOTA -.- ... YA SABEN SI VEO 4 O MAS COMENTARIOS LES AGREGO SI NO ... NO --- ADIOS :))

4 comentarios:

  1. :O Tom le dijo a (Tn) q la ama q lindooo de verdad me encanto.. mmm me llama mucho la atención eso q dijo Tom de q no hará falta q la anime alejarse de el cuando le cuente lo de Paulina, q sera ese secreto q tiene Tom sobre Paulina me muero x saber q es, y sobre todo cuando se lo cuente a (Tn) ver su reacción lo dejara??? no lo creo bueh habrá q ver aunque ella lo ama mucho pero y si es algo muy fuerte.. espero q no!!! sube pronto virgi amo este cap y estoy esperando el cap ardiente entre ellos jeje..

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  2. Paulina...!! que secreto habrá ahí..?? Paulina y Maia estarán involucradas..?? Acaso es la hija de Tom y Pau??
    Muchas preguntas, espero que sean respondidas pronto..
    Muero por leer que más pasara..!!

    Siguelaa :D

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  3. I loved *-* tan lindo tom que le dijp que la ama aww y bueno scott y el ya se estan llevando mejor :D
    aish ya quiero saber todo lo que pasaa en su viaje de italia aw me encanta saludos

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  4. uiii ._. que miedo con lo de Paulina D: ojala que no sea algo demasiado malo :'( no quiero que se separen !!! es tan hermoso lo que tienen !! *-* wowo Scott esta actuando diferente !! O: que bellos momentos !!!! muero por seguir leyendo 1! *-*

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